domingo, 30 de mayo de 2010

Un engaño más de lo material

fotografía: Clara Olivas Lugar: Orfanatorio Esperanza
Niños:Adrian, Natzael, Yatzil y Marvin

Fotografía: Clara Olivas Lugar: Orfanatorio Esperanza


fotografía: Clara Olivas Lugar: Orfanatorio Esperanza
Niños dando gracias antes de pasar a comer.

Un engaño más de lo material
Decenas de personas (tristemente sólo decenas) visitan un orfanatorio aproximadamente al año, con la finalidad de llevar un obsequio, o algún presente MATERIAL a los niños.

Por lo general, las visitas se dan en días “festivos” como navidad, día del niño, algún cumpleaños, etc.

Ir por un rato esperando encomendar una buena acción, deseando desde el fondo escuchar un gracias como método para comprobar dicha buena acción, que será en muchas ocasiones elemental e indispensable para provocar algún perdón personal e interno.

-La satisfacción de poder decir: “yo si he ido a un orfanatorio, yo si he apoyado, y ayudado a los que lo necesitan, y tú no”.

Pero, yo me pregunto, ¿En qué momento se confunde la intención referida por el ego, a la intención que se puede comprender como realmente altruista?

Creer que algo MATERIAL logrará una verdadera “felicidad” en el niño, llevándose el altruista por su parte, un gozo de satisfacción del lugar.

En realidad, alguna vez ¿se ha hecho la reflexión de que aquello MATERIAL posiblemente se rompa, pierda o acabe en algunas semanas (como toda cosa material)?
Y que, lo que verdaderamente se necesita, ¿va más allá de aquello que es visible o tangible?

-Puede que niños que por personas altruistas (cabe la posibilidad de que algunos vayan más por ego; que por altruismo) puedan tener decenas de juguetes, de ropa, como otras tantas cosas materiales, y así llegar a tener un momento de “felicidad”.

Pero, ¿qué sucede cuando necesitan un abrazo, alguien que los escuche, con quien llorar, quien los apoye en tareas, cuando se caen, cuando quieren compartir una verdadera FELICIDAD?
-Para esos momentos, aquellas personas en su mayoría, ya no están y ni siquiera regresaran, (no por lo menos hasta el año siguiente, o días festivos siguientes).

Llegar, queriendo cambiar algo MATERIAL por un poco de “felicidad”. Cayendo en muchas ocasiones, en un engaño más de lo MATERIAL.
Propuesta utópica:
Aquellas amas de casa, señores de casa, o personas que tenga tiempo libre (de sobra) y que dispongan de los recursos para dejar un rato (al mes, semanal, al día, -como se guste) un espacio en el que se pueda cambiar (la novela, el programa, la serie) por unas horas de visita, a un orfanatorio o casa hogar con los niños. Para platicar, jugar o apoyar en tareas, segun la necesidad.
Nota importante:
Por lo general, hay entre 50 a 60 niños en cada orfanatorio, los cuales sólo cuentan con 4 a 5 personas máximo para su cuidado. (Incluye cuidado en tareas, aseo, atenciones, etc.).

Por lo que una visita (según el tiempo disponible) sería de GRAN apoyo, incluso más que algo MATERIAL al año.

-fin de la propuesta utópica. (se deja a consideración del lector el cumplirla algún día o no).

2 comentarios:

  1. a lo que he visto, la propuesta pudiera elevarse al nivel de que las personas convivan siquiera con sus propios hijos, si fuera así, no habría necesidad de crear orfanatos.

    Bueno, es pedir demasiado.

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  2. Igual pienso que tu propuesta utópica es interesante y agradable, pero independientemente de que sea una actitud personal, se convierte en una actitud social a la inversa.

    Como dice Bryan, quizás exista una preferencia a que los padres convivan con sus hijos, pero que hay de que los hijos intenten convivir con los padres también? O que un sector de la famila conviva con el otro sector?

    Con todo el respeto que se merecen los niños de los orfanatos, no tienen que ser un grupo social minoritario en necesidad (material o afectiva) para que nos acerquemos a ellos. Esa no debe ser la razón única por la que nos debamos acercar.
    En primer lugar el hecho de darle un "lugar especial" dentro de la sociedad los hace ser diferentes. "Pobresito es un niño de orfanato". Es un niño con quizás las mismas necesidades materiales, económicas y afectivas de las que puede tener un niño con padres, pero es un niño con la misma fuerza o debilidad que pueda tener otro niño en la sociedad. Y como todos, a cualquier edad necesitamos ser guiados entre nosotros.

    Y con respecto a tu propuesta te repito, me parece una idea agradable e importante, el hecho de regalar contacto emocional (por decirlo de alguna manera) en lugar de cosas material (digo, equilibradamente, porque tampoco de amor y comprensión podrían mantenerse) pero no crees que es lo que hemos aprendido en la sociedad? Quién no regala chocolatitos, flores, cositas, peluches, tarjetitas en cumpleaños o días festivos? ropa cara, dinero, aparatos electrónicos modernos en navidad? Y ya con eso sienten que cumplieron su dosis de amor del día o del año.

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